Esa… Angustia Vital (2)

 

 

Como os dije el otro día, la Angustia da para escribir mucho, así que… voy a seguir.

Y hoy os voy a hablar de otra forma de Angustia…

… La Angustia de esforzarse por ser Uno Mismo

Sí; también nos angustiamos con eso.

Desde que tenemos conciencia de nuestro propio Ser, frente a los demás, nos esforzamos por destacar… por sobresalir… por no ser uno más de la manada.

Y esto, además de un trabajo arduo, ya sea mental, físico, o ambos, lleva implícito también un cierto desarraigo, una… cierta ruptura con el medio que nos acoge… porque sólo rompiendo el molde, se puede ser único.

Pero claro, Ser Único tiene un alto precio emocional… Y es aquí donde aparece la Angustia…

Cuanto más Único seamos, más solos nos sentiremos… porque perderemos la protección y el cobijo que aporta la Masa… la Manada.

Y, efectivamente, se consigue destacar sobre los demás, pero se sufre con ello la angustia de verse solo, de sentirse incomprendido y hasta, incluso, atacado por las embestidas envidiosas de esa Masa que, lejos de valorar el esfuerzo por ser Uno Mismo, cornea y despedaza al Osado que se atrevió...

… ¡¿Pero quién se habrá creído que es?!!!…

Como dice el refrán: «Nadie es profeta en su tierra»…

Y como eso nos angustia, preferimos dejar de ser Uno Mismo, para seguir siendo Uno Más.

Y sigo con el tema… Porque hay otras maneras de angustiarse

Como la que se manifiesta ante la Conciencia de lo Transitorio.

Todo lo que nos rodea, por el hecho de estar sujeto a las leyes del espacio y del tiempo, tiene un principio y un fin… Es inevitable.

Y… porque yo creo que lo llevamos en el ADN… tenemos una especial tendencia a hacer nuestras las cosas que nos rodean… A desplegar una actitud posesiva ante personas o cosas con las que compartimos nuestro espacio vital.

La cuestión es que dicha actitud de Propietario conlleva, sí o sí, la Angustia de la pérdida.

Si algo pasa desapercibido para nosotros, si no somos conscientes de su presencia, tampoco lo somos de su ausencia… Pero cuando ha estado a nuestro lado el tiempo suficiente como para dejarse notar, o su impacto positivo sobre nosotros ha sido fuerte, entonces sí nos despierta el afán de posesión.

Nos ha gustado, lo queremos para nosotros, por fin lo tenemos y, a partir de ahí, empezamos a experimentar el miedo a perderlo… la Angustia de que todo lo que nos aporta se acabe…

Acto seguido, tomamos conciencia de que, como nada es duradero, eso tampoco lo será… Así pues, anticipamos el sentimiento de pérdida y nos angustiamos más aún…

¿Qué hacemos entonces?… Justo lo contrario de lo que tendríamos que hacer… porque somos así

Nos aferramos todavía más a su proximidad, a su presencia… Y cuanto más nos aferramos, más nos angustia la posibilidad de perderlo…

Un círculo vicioso… Un Angustioso Círculo Vicioso… Toda una paradoja: No Disfrutar de lo que nos agrada por la Angustia que nos produce su Posible Pérdida.

Como vemos, el espectro de la Angustia es tan amplio que puede decirse que abarca la práctica totalidad de nuestra existencia… Angustia Vital.

Pero no sólo se trata de un Hechizo que tratamos de conjurar… Sino que La Angustia es un componente ineludible de nuestro desarrollo…

… Porque experimentarla, nos pone a prueba…

… Y progresamos cuando nos enfrentamos a ella y la ganamos…

Aunque nos esté esperando otra vez a la vuelta de la esquina…

Dicen que, mientras hay vida, hay esperanza…

Pero si hay esperanza es porque hay angustia…

El Yin y el Yan.

… ¡Qué le vamos a hacer!

 

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